Kratovo es uno de los pueblos más pintorescos y encantadores de Macedonia, y al mismo tiempo pasa por no ser un lugar donde el turismo ha desembarcado todavía.
Situado al noroeste de Macedonia esta zona cercana a la frontera con Albania tiene el interés añadido que permite una ruta con excursiones a monasterio de Saint Joachim Osogovski, el observatorio astronómico del Neolítico de Konino o las figuras de piedra (en inglés conocidas como Stone Dolls de Kuklica).
Historia de Kratovo
Como muchas otras poblaciones de Macedonia el primer asentamiento datable fue romano, con restos hallados en la colina Zdravče kamen . El asentamiento que se creó en Kratovo fue llamado Tranatura (también mencionado como Kratiskara) y los romanos explotaron las minas como seguramente ya lo habían hecho los pobladores que vivían en esta zona.
Tras la caída del Imperio romano, bizantinos primero ( con el nombre de Kratis o Koriton en referencia al cráter donde se halla y del que deriva el nombre actual) y posteriormente el imperio búlgaro controlaron el territorio de Kratovo hasta que a finales del siglo XIII el Reino de Serbia se expandió conquistando parte de Macedonia. Durante la Edad Media la llegada de mineros sajones, y de comerciantes de Ragusa (Dubrovnik) favoreció su economía y apareciendo por primera vez mencionada como Katrovo en 1330.
La extracción de oro, plata, plomo, hierro y cobre sirvió de impulso a los monarcas serbios, principalmente a Stefan Dušan. Con la caída del Imperio bajo el reinado de Stefan Uroš V, la ciudad pasó a manos de la familia Dejan, que llegó a acuñar su propia moneda, siendo un centro productivo muy apreciado por los objetos de cobre. A finales del siglo XIV el sultán otomano Murad I ocupó la ciudad y pasó a estar administrada por los otomanos. Y apenas 50 años después, a mediados del siglo XV una comunidad de judíos sefardies se establecieron en Kratovo creando su propio barrio.
Esta es la razón por la que aún podemos distinguir una morfología diferente de los tres barrios, el judío, el otomano y el serbio, con tipos de casas diferentes, y sobre todo con calles diferentes. Por ejemplo las casas del barrio turco estaban más abigarradas, con calles más estrechas, mientras que las ortodoxas son más anchas y aireadas
En los inicios del siglo XVI, Kratovo ya era considerada una de las ciudades mineras más importantes de la parte europea del Imperio Otomano, llegando a ser el segundo mayor productor de monedas en el Imperio Otomano (detrás de de Novo Brdo). Sin embargo, entre 1520 a 1540, la reducción en la extracción de minerales provocó que parte de la población cristiana no pudiera hacerse caso de los arrendamientos de sus casas, y muchos debieron irse o fueron encarcelados.
Las minas eran administradas por una especies de duques (knez), la mayoría cristianos que fueron mecenas de las iglesias de Kratovo y los alrededores. Un documento del obispo católico de Skopje Petar Bogdani contabilizaba alrededor de 300 casas y ocho torres que servían de almacén de los minerales. De hecho la importancia económica de Kratovo era tal que durante el Patriarcado de Peć (cabeza central de la iglesia ortodoxa serbia, cuya sede está en Pec, Kósovo) a menudo los obispos residían aquí para gestionar mejor las riquezas mineras.
En 1689 los Habsburgo toman Kratovo haciendo retroceder a los otomanos pero al volverse a retirar incendian la ciudad, llevándose consigo a parte de la población serbia que se asentó en Budapest. En los siglos XVIII y XIX la extracción de minerales continuó pero mucho más reducida, y los hornos de transformación se fueron abandonando, hasta que hacia 1882 finalizó como tal.
La población turca fue expulsada tras la entrada del ejército serbio en 1912, quedándose muchas casas abandonadas. Lo mismo sucedió con los judíos durante la segunda guerra mundial.
Qué ver en Kratovo
Kratovo (Општина Кратово en macedonio), en el corazón del cráter de un volcán extinto, es conocida como la ciudad de las torres, de los puentes y de los túneles, encaramada en ambos lados del río del mismo nombre que se nutre de los afluentes Manceva, Baba Karina y Tabachka.
De las doce torres que llegó a haber hoy hay seis, Saat o Torre del Reloj, Simić, Krstev, Eminbeg, Zlatković y la torre Hadži Kostov, distribuidas por las terrazas donde se encuentra Katrovo. Aunque son altas a veces el recorrido de cuestas puede parecer un laberinto, lo que hace entretenida la ruta.
Zlatković es la más antigua, de 1365, y recibe el nombre de su último propietario Gjorgji Zlatkov y tiene seis metros de altura, mientras que la torre Eminbeg alcanza los trece y seis de ancho. Sin embargo la más bella es la Torre Simikjeva, levantada en 1370 y con cuatro plantas, ofreciendo unas vistas excelentes de Kratovo.
Los puentes fueron construidos de piedra y todos ellos tienen una forma refinada y robusta de arco. Desde cada uno de ellos tenemos vista lo del siguiente, lo que permite tomar fotografías preciosas, o incluso en algunos casos bajar hasta el lecho del río para observarlos desde abajo.
El puente más famoso es el de Rada, pero el puente Grovchanski, el Yokshir Argulichki o Gornomalski tienen su encanto. La leyenda de Rada cuenta que nueve hermanos eran los encargados de construirlo, pero como se caía una y otra vez, pidieron ayuda al profeta. «Solo podrá ser terminado el puente cuando uno de los hermanos sacrifique a su esposa» clamó. El más joven de los hermanos olvidó advertir a su esposa y al día siguiente, la joven Rada que acudía al puente a dar comida a su marido y cuñados fue sentenciada a ser enterrada entre los cimientos para darle más consistencia. Ella les suplicó que dejasen su pecho fuera para al menos poder amamantar a su hijo.
Además de los puentes y torres merece la pena descubrir la iglesia ortodoxa de Crkva Sv. Georgij Kratovski, los restos de un antiguo hamman, baño turco, y por supuesto probar las Pastrimalija, una especie de pizza alargada con aceite y trozos de cerdo, que dicen que en Kratovo es la mejor de Macedonia.
Dónde dormir en Kratovo
En Kratovo tenemos pocas opciones para dormir, desde un Hotel en la entrada del pueblo, el Hotel Kratis, al Etno House Shancheva, una opción más rústica pero realmente auténtica ya que es una casi de más de 300 años con un museo etnográfico regentado por los encantadores Stevce Donevski y Valentina, y que además de alojamiento ofrece una guía por la ciudad y degustaciones gastronómicas.
Entre los productos, recetas y platos slow food que continúan preservando está el kcna sol (sal triturada), un compuesto utilizado principalmente como aditivo en el queso y la carne, pero que simplemente untado en pan con aceite resulta delicioso. Kcna en el idioma local significa «aplastado», el adjetivo ideal para definir este compuesto que consiste en sal y diferentes ingredientes molidos con mortero de piedra: romero, perejil, povečerinka (una hierba local ), albahaca, anís, menta, maíz, y pimentón picante.
Se vende principalmente a restaurantes locales, el kcna sol se prepara tradicionalmente en julio y agosto, después de que todos los ingredientes necesarios hayan sido cosechados y secados. En otras áreas hay productos similares, pero solo aquí está la combinación de tantos ingredientes, una característica que hace que el producto sea único.
Excursiones y Tours
Hay tours que salen desde Skopje para visitar Kratovo y las formaciones de piedra de Kuklica. Si ya estamos en Kratovo podemos pedir a un taxi que nos acerque y nos espere para poder visitar las Stone Dolls.